UNA RESPUESTA ANTE LA CRISIS

Sabes, la verdad no importa que tan oscura sea la situación que se esté viviendo, no importa que tan agobiante sea el temor que invada nuestro corazón hoy, es más, no importa que tan grande sea la preocupación que podemos sentir; ¿sabes porque? Porque de pronto, esa oscuridad, ese agobio, ese temor y esa preocupación, de pronto pueden verse iluminado por un resplandor tan glorioso de parte de Dios.

¡Vamos!, ¡la noche no puede durar para siempre!, ¡la tormenta en su momento acabará! Así que, ¡No temas!, mejor respondamos de la mejor manera posible, respondamos con oración, con cantos a Dios.

¡Demos gracias a Dios!, ¡volamos a su presencia!, ¡Amemos y perdonemos!, ¡ayudemos y seamos canal de bendición!

¡Oremos por aquellos que están enfrentando cara a cara esta enfermedad!, ¡rompamos con el orgullo!, ¡dejemos a un lado la discordia, la división y los pleitos!, ¡volvamos a sentir!, ¡reconozcamos que no podemos solos!, es más, ¡jamás hemos podido solos!

¡Restauremos nuestro matrimonio!, ¡arreglemos la relación con los hijos!, ¡pasemos más tiempo en familia! ¿Por qué quejarse?, ¿Por qué temer?

Es verdad, con cada noticia que se escucha y se lee, pareciera indicar que todo va de mal en peor, pero, ¡¿Por qué agobiarse?! Respondamos con valentía. Y valentía es reconocer que necesitamos a Dios. Valentía es doblar rodillas reconociendo que necesitados la ayuda de alguien mucho más grande que nosotros. Valentía es abandonarnos completamente en aquel que lo puede hacer todo.

¡Oremos por todo el sector salud!, ¡oremos y ayudemos a quienes estén en necesidad!, ¡No perdamos la esperanza!, al contrario, ¡aumentemos la fe!

¡Dejemos la doble vida!, ¡renunciemos al pecado!, ¡no vivamos más en apariencias y engaños!, ¡llevemos una vida distinta!

¡Amemos a Dios pero, amemos incondicionalmente lo que Él ama!, ¡Cuidemos la tierra!, ¡Motivemos a otros desde las redes sociales!, ¡Generemos en otros una cultura de esperanza!, ¡una cultura no basada en nuestras fuerzas, sino en el eterno poder de Dios!

¡Respondamos bien a esta situación!, ¡tomemos las cosas en serio!, ¡dejemos de pensar por un momento en nosotros, para pensar en los demás!, ¡obedezcamos las instrucciones! ¡Apoyemos a los médicos, doctores, enfermeros!

¿Sabes porque?, porque no es por ti ni por mí, es por los demás. ¡No todo gira alrededor nuestro! Haya fuera hay gente de igual de importante que tú y que yo. Haya fuera hay gente que no deseó ni pensó enfermarse, pero lo hicieron, se enfermaron. Es más, ellos no querían “arruinarnos” las vacaciones. El deseo de aquellas personas que están enfermas era el de poder pasar, al igual que tú y yo, unas hermosas vacaciones en familia.

Así que, ¡respondamos bien!, ¡quitémonos del centro! Y, por primera vez, ¡pongamos a los demás en el!

Una cosa más…

Si vamos a responder bien, que no falte la confianza en Dios, ¡confiemos y esperemos alabando su nombre! Porque… algo extraordinario Dios puede hacer.

Cerca de la media noche, Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas a Dios, mientras los otros prisioneros escuchaban. De repente, un fuerte temblor sacudió con violencia las paredes y los cimientos de la cárcel. En ese mismo instante, todas las puertas de la cárcel se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron. (HECHOS 16:25-26 TLA)